martes, 24 de junio de 2008

CINCO, TAL VEZ MÁS



RealizArte reúne hoy fragmentos de un libro publicado hace algunos años, pero revisado tras ser revisitado muchas veces buscándole sentido.

Así pues encontrarán la referencia a un libro titulado
Cinco Sentidos de la Vida. Presentamos su introducción y algunas reflexiones tanto sobre el sentido de la vida como sobre la verdad.

¿Extraño para una página de realización personal? En absoluto. La filosofía es una forma de encontrar la sabiduría perdida entre los caminos de la vida. Acaso ¿ésta es la verdad? Tal como expresa la última reflexión del día de hoy, es una posibilidad. Una posibilidad a la que puedes agregar tu experiencia para convertirla en verdadera vivencia. En una filosofía de vida, para la vida, al servicio de la vida.


CINCO SENTIDOS SOBRE LA VIDA

José Gregorio Bello Porras

Una introducción necesaria

Cada vez que releo los textos reunidos en este libro, me pregunto qué importancia tiene el colocar algunas ideas en blanco y negro, con sus grises intermedios que le dan profundidad. Y la respuesta más cercana siempre es, comprender el mundo. Cada vez que pienso y organizo mis ideas en un esquema coherente, me acerco a una comprensión del mundo. Tal vez lo que produzco no es una verdad irrefutable. Sólo una aproximación. Una visión, un entendimiento de la vida. Este esfuerzo se vuelve así suficientemente valedero. Y llega a ser una forma de ir por la vida.

Cuando camino por el mundo, lo primero que hago es vivenciarlo. Luego organizo esas vivencias, esas percepciones y las ideas que le dan forma transmisible a esa experiencia personal. Eso constituye una forma de ser en el mundo.

Alguien me ha dicho que son textos filosóficos. Respeto su opinión. Creo simplemente que son textos vivenciales. Si la filosofía es una forma de organizar la realidad y la vida personal, acepto que son filosofía. Forman parte de mi filosofía de vida.

La filosofía, en este sentido, no está alejada del ser humano, como mucha gente cree, poniendo a los filósofos en un estrato absolutamente abstracto e ideal o tan embebido en sí mismo que se aleja de las realidades cotidianas. La filosofía se hace en el camino. Se nutre del polvo diario que tragamos. Es un estornudo del entendimiento ante ese estímulo inmediato de la vida.

Estos textos entonces quieren revivenciar esa posibilidad de organizarme como persona pensante. De verme en perspectiva. Desde afuera observar mis adentros. Recrear en mis pensamientos la vida por la que paso. Y transmitirla para que quede como testimonio de esa comprensión.

Si a alguien le interesa esta reflexión, tan sólo deseo que sea como un grano de polvo que también le haga estornudar. Y que si llega a formar con él una perla, esta no permanezca encerrada para siempre, sino reluzca a la vista y la comprensión de todo el que le rodea.

Múltiples sentidos

José Gregorio Bello Porras


El sentido de la vida, está en el descubrimiento espléndido de su principio y de su finalidad. Ambos significados, al fin de cuentas, convergen en uno solo.

Los sentidos ilustran nuestro entendimiento, es la primera vía de acceso al conocimiento. Y mediante este conocimiento, sea del tipo que sea, nos acercamos a la formulación del sentido de la vida.

Los sentidos orientan. Te dicen en qué sentido caminas, hacia dónde vas. Pero el sentido no es la finalidad. No son ni siquiera el camino, sino sus indicadores. Mucho menos son el término de nuestro esfuerzo, la meta a dónde queremos ir.

Pero sin mapas o sin planos se nos dificulta la vía hacia ese punto deseado que se extiende en la medida que avanzamos hacia él. Estos planos que nos ayudan a formular los sentidos son generalmente planos interiores.

Pocas veces son enteramente expresables en palabras. Están detrás de las palabras, como el significado que subyace a ellas. Pero existen para cada ser humano. En borrador o bien elaborados, están a disposición del caminante.

Los sentidos y el sentido se encuentran, se tropiezan en este cruce de caminos. Y de su encuentro surge una posibilidad de reflexión. Esta reflexión es fruto de ese encuentro. Tal vez te sea oportuno revisarlo en ti mismo.

Los temas que vamos a revisar juntos han sido esenciales en el transcurrir del ser humano. Probablemente, encontrarás ese mismo significado en tu experiencia.

Son temas que algunos autores han llamado universales. Tal vez con un acierto paradójico. Porque eran sus reflexiones y ahora nos pertenecen. Y aquí son particularmente mis reflexiones. Y, con toda seguridad, serán tu propia creación, tu propia inquietud, después de que se adueñen de ti y tú de ellos.

Como reflexiones sobre esos temas tan particularmente universales, exigen más que un esfuerzo especial, un abandono a escuchar y ver lo que ese monólogo te dice, lo que te parece ese discurso que una vez fue mío. Ya verás y sentirás que tú puedes elaborar tu propia reflexión.

Los fragmentos que leerás pueden dar pistas a tus sentidos y a tu razón. Pero quieren, sobre todo, hablar a esa parte de tu ser interior que simplemente comprende, sin el esfuerzo de la racionalización. Si estas páginas logran ese objetivo serán, simplemente, reflexiones maravillosas.

Todos los sentidos que encuentras en la vida confluyen y construyen un sólo sentido. La experiencia de vivir para algo y encontrar, más que un impulso, la energía constante que mantiene la vida.

¿La verdad acaso es tan terrible?

José Gregorio Bello Porras


En su nombre se atropella y se reduce a cenizas todo lo que parezca oponérsele.

Al cabo de un tiempo descubrimos que esa verdad que se nos predico con sangre y fuego no era tan real como decía ser y que la fuerza con que se impuso ocultaba su tremenda debilidad interior.

Entonces, nos invade la sensación de que la verdad está condicionada por las circunstancias y la época y que es sólo una convención de las personas.

Crece en nosotros la duda, en ese momento. Y la expresión verdad absoluta, se torna ante nuestros sentidos como una señal de falacia.

Quien dice tener la verdad absoluta, generalmente expresa esta afirmación como una fórmula para diferenciarse de los otros y descalificarlos.

El presunto poseedor de la verdad absoluta se contradice de principio. Se cree exento de error y tira la primera piedra.

Pero la verdad absoluta debería estar libre de errores. Y el atropellante declamador ensalza sus errores como si fueran virtudes. El presunto manifestador de la verdad absoluta, está ciego ante sí mismo. No se reconoce ni reconoce a los demás humanos.

La verdad absoluta, de existir en nuestro plano humano, debe poseer la virtud de comprender todo.

La verdad es comprensiva. Tiene en sí todo el conocimiento y el afecto como para tolerar y aceptar a esos seres que el presunto poseedor de la verdad absoluta pretende descalificar.

La verdad tiene sentido en cuanto accedemos a ella sin violencia y no pretendemos imponerla con violencia.

La verdad absoluta escapa de nosotros cuando intentamos predicarla.

La verdad nace y permanece en nosotros.