martes, 7 de septiembre de 2010

El tiempo pasa y queda



El tiempo pasa sobre nosotros. A veces lo percibimos como una manada de elefantes en estampida. Otras veces como una leve mariposa que se pierde en el viento. La percepción de nuestro tiempo es fundamental para el ánimo con el que enfrentamos la vida.

Pero en esto no hay recetas, sino medidas de sastre. Una talla individual sobre eso que creemos que pasa y se queda.

Si la percepción es la de los paquidermos estruendosos aplastantes, probablemente tendremos que ver la causa de ese rápido tropel en nuestra imaginación y encontraremos, a lo mejor, que fue debido al temor de un ratón. Así, nuestra sensación de agotamiento tras el curso de la experiencia puede ser tan ruinosa como los guiñapos maltrechos que quedan abatidos por ese tumulto de animales en feroz huída.

La leve sensación del paso del tiempo no nos redime. La mariposa que vuela es también señal de la insignificancia de la vida. Se nos va el tiempo con el aire vespertino. Dura lo que un suspiro, como diría algún abuelo. No se siente la pesadez de todo el paso de la manada, sino la rapidez con la que se evapora una gota de agua al sol.

Si el tiempo pasa o se queda en nosotros será una verdadera riqueza para nuestra experiencia. Si se queda en recuerdos, revivimos en ellos toda una vida en segundos. Si permanece en vivencias, nuestras conductas tendrán la huella de nuestros pasos por la vida. Si pasa y no permanece, nuestro vacío interior será terreno fértil para que aparezca la sabiduría. Pues, a veces, olvidando todo lo aprendido empezamos a hablar con nuestra propia voz.

El tiempo es nuestro invento más duradero. Y uno de los más útiles para toda suerte de actividades, actitudes y comportamientos. Para quien no piensa, no podemos en ese grupo embutir a todos los animales sino a los más sencillos de ellos, pues el tiempo no existe, sino una suerte de vida eterna, aunque esta dure un segundo. Para el que piensa bastante, tampoco existirá el tiempo sino un eterno presente, donde explicamos con convenciones cronológicas una secuencia de eventos en nuestro espacio vital.

En todo caso, el tiempo nos durará toda la vida. Es inevitable, entonces, acceder a él de la manera que nos parezca más adecuada.

Vivir este ahora plenamente, como fruto de toda experiencia, como punto de todas las llegadas y partidas es lo que pienso hacer desde este instante. Un instante por demás, también eterno.


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