jueves, 13 de noviembre de 2008

Día 16


El cambio es una nube que se transforma con las condiciones ambientales. Si ha de producir lluvia aumenta su poder hasta que la derrama sobre la tierra.

La esencia de la resolución de los problemas es el cambio. Un problema es tal porque no sabemos la forma correcta de enfocarlo para producir consecuencias deseables. Una vez que cambiamos nuestra manera de ver el problema hemos iniciado el proceso de que deje de ser un problema.

Generalmente el cambio más importante es el que hacemos sobre nosotros mismos, sobre nuestra forma de ver los acontecimientos e intervenir en ellos. Sobre nuestra forma de pensar y, sobre todo, de actuar.

Lo que hacemos para resolver el problema resulta inadecuado si con ello no logramos lo deseado. Entonces lo adecuado es cambiar el esquema de resolución que poseemos.

La dificultad nos acorrala. Llega el momento de cambiar nuestro enfoque, de cambiar, incluso nuestro estilo de actuar y de vivir.

He llegado a ese momento. Me he dado cuenta que debo cambiar varios enfoques de cómo hago las cosas para lograr mejores resultados en mis acciones.

Llegó el momento de abandonar viejas costumbres. Puede ser que este cambio se deba a la presión de los acontecimientos. No importa. Ha llegado el instante de cambiar aspectos sustanciales de mi vida.

En ese cambio buscaré congruencia. Lo que pienso ha de corresponder con lo que actúe. No puedo disociar mis pensamientos de mis acciones.

La necesidad del cambio lo hace deseable. No más fácil. Pero si impostergable. El momento de comenzar a cambiar es ahora.

A veces las dificultades son el pretexto para forzar nuevas soluciones. No debe haber en ello sufrimiento. Finalmente los resultados habrán justificado el esfuerzo.

Hoy, estoy convencido a cambiar para que las cosas se den apropiadamente. Para que sean como deben ser.

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