domingo, 16 de noviembre de 2008

Día 13


Cuando gané el Concurso de Cuentos de El Nacional, en 1989, la entrevista que me hizo una periodista cultural titulaba a media página lo que se decía era una cita textual mía: Por el 13 sentí que ganaría. Una especie de reducción a la numerología de todo lo que expresé en la entrevista. Se pasaban por alto los múltiples lugares comunes de un examen de alguien a quien no se conoce: conceptos sobre literatura, los autores que me impresionaron, la esencia del cuento ganador, privilegiando tan solo una frase suelta sin mayor sentido. Pero con gancho periodístico.

No me quejaré diecinueve años después de la entrevista. Lo hice el mismo día. Porque lo que podía ser una oportunidad pasaba, para mí, como un escarnio. Me sentí como un solitario autor martirizado por sus obsesiones y supersticiones. Un personaje de mis cuentos retornado a la realidad. Pero en ese entonces no veía claro que en el fondo ese título era una verdadera oportunidad.

Viene el cuento a colación por el número trece. Faltan trece días. Y también por cómo me siento en este momento, un tanto angustiado por las circunstancias pero con mayor experiencia. Lo que me da una ventaja. Esta vez no creeré ganador por el trece. Ganaré a pesar de todos los días que pasen.

Esta afirmación no es simplemente un buen deseo. Es el comienzo de la construcción de un sueño. Una vivienda que se hará realidad. Vean bien.

El tiempo que me apremia no será un obstáculo sino una ocasión propicia. Un cheque en blanco para estructurar esa armazón. En ocasiones pensamos que los plazos son un límite. Lo son, sí, pero también como puntos de partida para la acción. El límite de inicio es el punto de empuje necesario para hacer algo concreto.

Lo intentaré hasta lograrlo. No hay alternativa sino la de obtener lo que realmente necesito. Pueden los obstáculos estar tranquilos. Los sortearé. Les pasaré por los lados sin molestarlos. Volaré encima de ellos.

¿Soy acaso valiente y decidido? Tal vez no. Tal vez estoy solamente acorralado y las circunstancias no me dejan otra opción.

Ya sé que todo es difícil. Que los números parecen no estar a mi favor. Pero que voy a hacer sino esto que hago.

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